miércoles, 11 de abril de 2012

ENTREVISTA TRABAJADORA SEXUAL
MODALIDAD: POR TELEFONO
PARTE 2

En esta segunda parte nuestra entrevistada nos cuenta tres aspectos de su vida: sus relaciones de pareja (la dinámica en que se desarrolla, sus conflictos, sus sentimientos, su dependencia afectiva), su relación con el alcohol (las razones por las que bebía y la extensión de ese hábito proveniente del papá) y una descripción detallada del mundo de la prostitución.

¿Tu primera pareja a qué edad fue?

Fue cuando yo tenía 21 años. Todo ese tiempo la pasé encerrada en mi casa. En mi casa, el tiempo fue pasando, me fui quedando y no salía. Hasta que dije no, no puede ser.  Hace 3 años me mandé, hubo un chico, yo trabajaba en una tienda, no había necesidad porque mi padre aún me mantenía. Pero yo sentía la necesidad de hacerlo, mi padre decía: “váyanse, jódanse”.  En ese tiempo era chiquilla, con un chico nos besamos, el me dijo que yo le metí la lengua, y sí, yo lo aplasté, yo me subí con él, creo que él se erectó rápido y me dijo:”vamos a un hotel” y yo le dije: “ya, pues, vamos”. Yo lo llevé y ahora pues,
ahora va a ver, el tenía su libreta electoral, se llamaba Antonio, subimos al hotel del Paseo Colón, fuimos y en el cuarto se me puso encima, le dije que compre un condón, me dijo que no, que él se cuida. Yo le dije que así son todos pero la verdad que ni siquiera me había besado en ese tiempo con nadie. No se puso condón, me contagió de hongos, con él fue la primera vez que tuve relaciones sexuales.

El era una persona que tú conociste…
A él lo conocí entre IDAC y el Instituto Carrión que queda por detrás del estadio nacional, ahí había un restaurante. Yo estaba caminando, las pocas veces que trabajé en un chifa me decían que era muy lenta, que me equivocaba, que botaba los platos. Me peleé con una chica, me despidieron. Estaba caminando por ahí y vi un letrero que decía: “se necesita señoritas”. Le pregunté y me dijo que viniera mañana, me tasó bien. Al día siguiente mejor no me dijo, pero al final me quedé. Caminando vi a un chico, lo miré, me gustó y el también me tomó atención. Este chico me tiró lente al menos yo le vi. El vende flores e iba a la tienda a tomar cerveza.

¿Cuánto tiempo después de conocerlo se fueron al hotel?
Al mes habrá sido.

¿Cómo ingresas a trabajar a en trabajo sexual?
Un día tuvimos relaciones, él tenía su amigo que me fastidiaba a mí y ese día yo había tomado, tuvimos relaciones en su tienda donde trabajaba, yo me quedé y él regresó a seguir tomando y me mandó a su amigo. Yo le pregunté qué hacía acá. Me respondió que lo había mandado para me embarque. ¿Por qué tú? le dije, este huevón me está regalando. Cómo me va a mandar al amigo que a cada rato me dice que quiere estar conmigo, cómo me lo manda y yo encima borracha. Lo llamé y le dije: ¿“tú qué tienes”? Me dijo que todo lo que tengamos que hablar debía decírselo delante de él, que es como su hermano.  Total, me fui. Me dijo “ven”. El otro: “estás borracha, ven al otro día”. “Te voy a dejar, mierda te voy a dejar”. No es posible dije, cómo voy aceptar esas cosas. Pero tomaba y no me interesaba nada, me iba de mi casa y lo iba a buscar.  Fui a verlo un lunes, el me dijo que mi mamá, mi patrona va hacer un tono. Fui al tono. Me dijo: “qué haces acá”. Le respondí: “no me has dicho que venga”. Bueno, quédate ahí, un ratito ya vengo. No se qué diablos se fue a conversar con sus amigos, todos me miraban riendo. Yo con roche. Un amigo de él me fue a sacar a bailar y le dije que no quería. Y el Antonio decía: “baila, baila”. No quiero por qué voy a bailar, le dije. Se fue y dijo que ya venía. “Antonio, quiero hablar contigo”, le dije. “Quiero hablar contigo”, insistí, “me voy”.  “Después, después”, me decía. Yo por ese tipo me moría, yo la miraba y me acostaba con él y lo mataba. Yo me moría, yo la veía y lo besaba. Yo me apasioné por ese idiota pero no era correspondida. Así es que me fui y dije que nunca más lo iba a volver a ver a esa mierda, pero siempre pasaba una semana e iba borracha, nunca tuve valor para verlo sin tomar. 

No sabía con exactitud cuál era el lugar donde trabajaba y me iba así borracha y no lo encontraba. Iba al bar donde íbamos y le preguntaba al pata que atendía si hablaba de mí o preguntaba por mí. Me dijo que había estado con una chica y que la había pasado bien. Me metía candela, ese huevón no siente nada y yo me moría por ese cojudo. Tan es así que dije que el tiempo pasa, que ya perdí mis mejores años en mi casa y dije que este año iba a ser diferente.  Pero donde trabajo, si trabajaba en el chifa me iban a decir que soy lenta, ahí que no haces bien. Total, en mi casa solo me decían que estudie, “¿por qué voy a trabajar?”, por darles la contra decidí trabajar. En el periódico vi un letrero que decía “se necesitan señoritas”. Había teléfono en mi casa, llamé y me preguntaron que cómo me vestía. Fui al sitio, fui con un polo amarillo, normal. Había chicas bonitas, en ese momento me parecían bonitas, media tetonas, con lentes de contacto, una tez clara, otra trigueña, vestidas con ropas de sport elegante. Me llamaron, me hicieron que de una vuelta, me preguntaron cómo me llamaba, cuántos años tenía.  Enseñé mi DNI. Me preguntaron si antes había trabajado, yo estaba muy nerviosa.

¿Cuándo llamas, sabías en qué consistía el trabajo?
Lo suponía, sabía que era para tener relaciones sexuales pero no sabía cuánto pagaban. Pregunté cuánto era y me dijeron que 100 nuevos soles, 50 para la chica y 50 para la casa. Yo me dije ¡50! y por una hora nomás. Todo lo que ganaba en una semana lo podía ganar en una hora. Yo cuándo era más soltera pensaba que en una relación quería hacer de todo: sexo anal, sexo vaginal, todo, todas las cosas, si un cabro lo puede hacer por qué yo no, decía. Ya me imaginaba, pero sospechaba, no sabía si se podía hacer sexo anal. Pregunté si por atrás se hace, yo no había hecho por atrás y me dijeron no, eso no se hace y si tú quieres cobras más, solamente lo sientas al cliente y le haces su bucal y normal. ¿Y el pasaje?, acá tenemos carro 10 soles de ida y 10 de vuelta es la movilidad, el servicio es 100 soles.  Puedes venir me dijo la administradora, “a ver date una vuelta, estás bien puedes venir con tus cosas”. “¡Ay!, cómo voy a salir de mi casa”, decía. Si vivo con mi papá, qué roche, se enterarán, yo no sabía maquillarme, no era de ponerme falditas, me preguntarán, y si me ven porque el local (28 de Julio) está cerca de la mía.

¿Te costó mucho llamar?
Me costó más o menos. Media hora. Había varios sitios para llamar, me gustó el nombre.

¿Cómo fue la primera vez qué saliste con un cliente?
Fue con un señor. Me sentí nerviosa, con miedo, no había ido preparada, mi trusa era grandota de algodón, creo que mi sostén era negro, fui con un pantalón. Me dijeron que tenía que ir con ropa bonita.  Pero yo no tenía ropa bonita, lo única que tenía era una faldita feíta de color mostaza y una blusita de colores. Pero yo decía no cómo iba a estar tan bonita para esto. Yo puedo tener ropa más fina pero acá no. Llevé y me dijeron: “píntate”, pero yo no mostraba mucha atención porque eran ellas las que salían, pero me dieron la oportunidad porque era la novedad. La administradora decía: “hola Ricardo ha venido una novedad, una chiquita de 18 años, de tez clarita, te va agradar”.  Después me dijo: “vístete, lávate abajo, arréglate, ponte bonita y píntate”, al rato “ya, ya, apúrate ya es la hora”. Salimos con ella y quién es, le pregunté. Me dijo que me pusiera una faldita y un polito. Creo que fui media huachafa, me miré en el espejo y no me gustó mi cara.  Me fui, estaba recontra nerviosa, el cliente había venido en su carro, se llamaba Carlos y era un tipo muy mañoso, subí rápido.  Ella no miraba de frente, mira de costado a todos sitios. Ahí está me dijo, espérame un rato y se acercó a Carlos. Ella se llamaba Alexis, fue buena conmigo, le conté lo de Antonio y me tuvo paciencia. La mayoría de chicas eran feas, no son chicas muy guapas pero Alexis era una señora simpaticona. Acércate, me dijo, y me fui al carro. Yo estaba temerosa y me presentó a Carlos, me dijo que ella no iba a permitir que nada malo me pasara.

¿Y qué pasó?
No pasó nada.

¿Por qué razón?
Cuando subí a su carro, era un viejo, dije hola y pensé: “¿estoy con mi trusa y ahora?”. Íbamos ir al motel “Cinco y medio”, entró a La Victoria y me dio miedo porque pensaba que me podían reconocer. ¿Dónde trabajabas?, me preguntó, en un chifa le contesté. ¿Qué más?, ¿cuántos hermanos tienes?  Empecé a inventar.  “¿Y el chino del chifa no te dice nada, no has tenido relaciones con él?, ¿no te agarraba?, ¿no te metía la mano?, ¿lo han hecho ahí en la mesa?, preguntaba el mañoso. Yo le respondía que no, era muy seca, muy tosca. “¿Dime pues?, ¿no te agarra?, insistía. Era morboso. Seguía: “¿quién fue tu primer chico?, cuéntame, ¿cómo fue tu primera vez?, ¿te dolió?, ¿lo hicieron por atrás?”. Era un viejo mañoso. Le respondía no a todo. Yo pensé que el invadía mi intimidad y empecé a ser bien cortante. Siempre me decía cosas para agarrarme. Sentía que todos en la calle me miraban. Hasta que me dijo que si no me sentía tranquila me podía bajar. Depende de ti, le dije. “No mamita, si tú no lo vas gozar es como si nada, tienes que gozarlo, tienes que pasarla bien”, me dijo. Le dije: “no, no así soy”. No me nacía, pues. El viejo se puso caprichoso y me dijo que me bajara. Yo le pregunté: “y mi pasaje no tengo ni un sol”. Cinco soles te voy a dar me dijo. Cinco no, si son 10 lo que me tienes que dar. No quiso, yo feliz con los 5 soles, me tomé una combi, me compré un caramelo y me quedé con tres soles. Regresé a la casa y la Alexis me dijo: “tan rápido”. No pasó nada le dije. ¡Qué, no pasó nada y por qué no!, me preguntó. Las otras me miraban y echaban más leña al fuego y preguntaban por qué. No les contesté.  A Alexis le dije que era un viejo mañoso y ella me dijo: “si pues, es que eres primeriza”. Realmente era mi primera salida, se me notaba que era la primera vez que salía.

¿Entre las chicas cómo se llevan?
Mal, no se llevan bien, hay envidia, te roban, siempre hay un robo y nadie sabe, siempre están mirando, no te dirán nada pero tú ves que te miran de reojo. O si no estás sentado y de pronto se paran violentamente y pasan por tu lado, como una bala.  Se siente su mal humor. No es un clima muy bonito.

¿Cuántas chicas trabajan?
Ahí pueden trabajar 8 ó 9 chicas.

¿Dónde están es una casa?
Sí, es un cuarto sin adornos.

¿Y qué hacen mientras esperan una llamada?
Nada, ver TV, echadas en la cama.

¿Has hecho amistad con alguna de las chicas?
No, porque tenía mucho miedo, sólo dos días estuve en ISIS, no pasó nada, no tuve clientes.

¿Sólo estuviste dos días ahí?
No, estuve dos semanas nada más porque tenía miedo.

¿Cuándo sales de ISIS a dónde vas?
Yo dije, ahora en qué puedo trabajar, sacaba mis cálculos. Si me voy a la pensión de Camaná es 70 soles semanales, que me haga una salida diaria, a la semana 5, eso sería 250 soles semanales, me alcanzaba. Y si vivo en un departamento en Lince, por otro sitio, puede ser mi vida bonita, por qué tiene que ser una vida tan fea como la que estoy viviendo. Saqué y me voy, le dije a mi mamá y mi papá. Si quieres vete me dijo mi mamá, mi viejo no me dio ni un sol, mi mamá me compró mi foco, me acompañó con mi sobrino, me compró una gaseosa. Fui con mis cosas, me instalé ahí. Yo a mi mamá la quiero mucho pero no puede ser así, yo tengo que ver por mis cosas. Fui a eso de las 6 de la tarde, fui a buscar a Alexis porque me dijo que fuera cuando quisiera. No estaba, una no puede entrar así nomás al sitio. Así que la esperé. No llegaba Alexis porque había tenido una salida. Justo había una morena, cada una vivía en su mundo. Le dije a la negrita que quería trabajar porque necesitaba plata. Aquí hay bastantes chicas me dijo. Yo me sentía cochina. Antes de ir al ISIS por segunda vez me había ido al YAHAIRA que queda por Surco (Higuereta), ahí tuve salidas.

¿Qué más?
Tenía miedo ir a trabajar. No me bañaba en mi casa, iba cochinita, yo pensaba que todas me miraban y allí recién me bañaba. Hasta que un día va la dueña, una panzona embarazada y me miró de pies a cabeza y preguntó si yo era nueva y quien era la que había regresado de Carlos. Alexis me defendió. Entonces la dueña me dijo: “Ay chica”. Como que no le caí bien y le metí una sonrisa de arranque.  Para qué mandas chicas así le dijo a Alexis. Tienes que mandar otro tipo de chicas, más sueltas, desinhibidas, ya sabes cómo es él.  ¿Qué pasó?, me preguntó. Yo la traté con respeto. Pero me miraba, como que me examinaba. Había que respetarla porque era la dueña. Me dijo que tenía que arreglar mis cosas porque así no podía seguir trabajando, me dijo qué podía agarrar el turno de la noche y que me podía quedar a dormir ahí, lo que le llaman internado. 

¿El ambiente entre las chicas en YAHAIRA era el mismo?
Todo es simulado, aparentemente es mejor pero en el fondo es lo mismo. Las chicas son hipócritas, cada una baila con su pañuelo.

Desde que empezaste ¿has trabajado de manera continua?
No, por temporadas, la he agarrado 2 meses y descansaba. Yo juntaba mi plata de todos los meses de trabajo. Trabajé 12 a13 meses seguidos, aunque más tiempo me he quedado en el KIMBERLY.

¿Actualmente trabajas?
No, desde que supe que estaba embarazada. Cuando quedé embarazada me dolían los ovarios y la obstetriz me dijo que podía tener un aborto. Entonces me traté de cuidar, tú sabes que ese ambiente te maltrata mucho, entonces puede ser que se me venga.

¿Quieres volver a trabajar?
Sí, aunque no tengo mucho jale porque antes tenía el pelo largo, ondulado, me lo teñí. Ahora con el pelo chico no sales mucho. Ahí las quieren de pelo largo. Pero necesito dinero. 

¿Me imagino que en tu casa no saben que tú trabajas?
Mi viejo tiene la costumbre de meterse en mi cuarto.

¿Qué puede haber encontrado ahí?
Una vez, creo, que encontró un papel donde había una indicación que usara Yovisol (para la higiene vaginal) y estaba la dirección del jirón Huanta (Centro de Control de ITS y VIH). El fue para allá y preguntó por mí. Preguntó si tenía algún problema, que por qué yo está allí. Como yo tengo buen trato con el personal de salud de allí le hablaron bien de mí, que era una chica tranquila.  Le dijeron que seguro tendrá una cosita.  Pero yo también tomaba, tomaba en mi casa. Yo siempre quería hablar con alguien. Yo siempre he hablado con él de prostitución y yo le decía que las prostitutas no son malas, le preguntaba y le jodía. Mi viejo decía que no era así. Yo le decía que la prostituta es más honrada que un ratero porque ella da un servicio y el ratero no y todavía te quita y se corre. Sin embargo, él las desprecia. Yo le decía al viejo que era bien tonto porque mi mamá es muy buena y la desprecia. Así discutíamos. Un día que yo estaba bien mareada porque yo me tomaba sola una botella de ron discutimos feo.  Recuerdo que un día que tenía que ir al estadio a estudiar natación, estaba vestida pero abajo tenía la ropa de baño. ¿Por qué no me tomo un ron?, entonces, me compré dos “chatas” de ron y me emborrachaba, venía el viejo y estaba borracha. El viejo me dijo: “cochina, estás borracha, me das asco”. Te doy asco, si tú eres borracho, si eres un payaso le dije. Me fui a la cama, me quité la ropa y me tiré. No recuerdo nada. En la noche me dio ganas de llamar a Antonio, ya no lo quería, así que lo iba a buscar borracha a Antonio.

¿Por qué motivo tomabas sola?
Para olvidar todo, para olvidar mis penas, para no recordar a Antonio, por qué me sucedía todo esto, quería olvidarme por un rato.  En ese momento me sentía muy feliz, ese rato era el más feliz de vida.

¿Cuándo tomabas sola, dónde lo hacías?
En mi cuarto. Tomaba más sola que acompañada.

¿Quería volver al tema de tu trabajo, qué más me podrían contar?
Me enteré que hay personas que tienen dos o tres teléfonos, que la competencia es muy dura entre las chicas. NENA, AMERICA CLUB y SEXY MODEL son del mismo número. También trabajé en CLAUDIA dos meses y fue bastante agotador porque trabajaba de 10 a 10 y son demasiado estrictos en el horario, no te permiten que llegues tarde o que te vayas antes de la hora, así es que prefería dormir ahí. Así estuve dos meses, casi como que vivía ahí. Sólo de 6 am a 10 am estaba en mi cuarto que me alquilé, era muy estresante.

¿Quién es William y dónde lo conoces?
Lo conozco en una fiesta patronal de mis padres (Huarochirí) a una virgen. Yo quería ir y tuve que pedir permiso a mi trabajo, les dije que estaba un poco mal porque había estado trabajando en mis días de regla y me había taponeado con algodón, me había inflamado y necesitaba descansar.  Fui, al chico lo había visto dos veces antes, y me gustó y él también me miraba. Pocos han sido los chicos que me han gustado y me han correspondido. William me tiró le lente y me ilusioné con él y como que se me borró el tal Jimmy que había sido mi amor platónico en ese mismo año. En otra fiesta patronal del mismo lugar en honor de San Cosme y Damián que dura una semana fui con la intención de verlo, incluso dibuje su cara en un papel, a su hermano, tiene un parecido al “Chavo del 8” y pensé que me podía corresponder porque él es más feíto que yo.  Me miró y no me pareció tan feo, de ahí me miró y yo la miraba. Me pareció más lanza con otras chicas pero que no le iba bien. Yo quería que se me lanzara, incluso si ese día me hubiera propuesto tener relaciones sexuales yo me hubiera ido pero no pasó nada.

Pasó el tiempo y fui con mi mamá a Huarochirí y no me dio soroche, siempre me daba. El carro llegó a la plaza a las 2 de la tarde del día central, fuimos a la misa. Había chicos en la plaza, hubo uno muy alto que quería dársela de pendejo. Ese pata será me dije. Y él era, pues. Estaba más gordo, más grueso, con cadenas, todo pituco, más suelto, estaba con una chica. Yo incluso llevé mis condones. Acá tiene que pasar algo me dije. Ahora es cuando, si antes yo me inhibía era por los bigotes, ahora estaba más relajada, más desinhibida. Lo malo era que tenía a mi mamá a mi lado y mi mamá me decía: “vámonos”. Yo no quería, yo me quedo le dije. Ella se fue. Yo me quedé y me dije: “cómo conquisto a ese pata”. Yo siempre veía que cuando me ponía mis labios rojos me veía distinta, me pinté, tenía el pelo largo y ondulado. Yo lo miraba y pensaba que tenía que caer. Agarré más confianza. Los hombres que estaban en la fiesta yo sentía que me deseaban, que les gustaba, si antes tenía carencia de eso ahora sobraba. Le tiré lenteja al chico, me vestí simpática y lo miraba. Me miraba pero no se me acercaba, una chica se le había acercado.  Cómo hago ahora que me quedo sola, mi familia se había ido, él estaba mareado. Mi tía me dijo: “vámonos”. Le dije que ese pata quiere bailar. Las pocas mujeres están con patas. El por inercia va a pasar por aquí y lo voy atracar. Me sacó a bailar, yo me le apachurré, ya pues un beso le dije y hubo beso. Se puso como loco, estaba mareado, nos fuimos a un costado supuestamente a besarnos, él se bajó el pantalón mostrándome, “ven, ven”, me dijo. Justo llegó mi tío y me llamó. Lo que más me jode y me da risa es esa actitud de la familia de querer protegerte por el honor de la hija. Yo me cagaba de risa. “Vamos sobrina”, lo seguí a mi tío y el pata me seguía a mí. No me preocupaba. Mi tío me dejó en mi casa y me dijo que yo era una chica de su casa. Mi tío se fue. Yo volteo y el pata estaba a un costado. Tuvimos relaciones por primera vez ese día en la noche un 17 de agosto, creo. Trato de no poner fecha para no hacerlo tan significativo, no enamorarme.

¿Te llegaste a enamorar de él?
No lo sé, creo que sí, le tengo mucha consideración, mucha paciencia.

¿Pero han mantenido una relación de pareja?
No lo sé. En el sitio teníamos relaciones a cada rato. Me llamaba para ello, el se me pegó. Me gustaba como hombre, ya lo tenía. Le quería agarrar la cara y no quería. Lo llevé a la casa de la madrastra de mi mamá a dormir y me sorprendió con él durmiendo. Se tuvo que ir él. Yo no sabía ni su nombre ni él, el mío. Antes usaba mi segundo nombre que es Leyla. Nos seguimos viendo una semana, el me pidió mi teléfono de Lima. Yo no se lo di, pero me rogó y acepté.

¿Mayormente cuando ustedes se veían era para tener relaciones?
Mayormente era para tener relaciones. Nos veíamos tres veces por semana, de tal hora a tal hora. Me cansé de verlo. A veces  salimos al cine, comimos, hablamos, íbamos a la Plaza de Armas. Siempre me esperaba porque yo llegaba tarde.

¿En ese tiempo tú trabajabas?
No, evité hacerlo porque con lo chismoso que es me podía pillar.

ALVARO GARCIA CORDOVA

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